El Colegio Nuestra Señora abre sus puertas a la comunidad de Graneros el año 1982 en una antigua casona ubicada en la Calle Santiago. Su fundadora, la Señora Sonia Jara Catalán, profesora normalista, católica, madre, se posiciona como educadora en un contexto social y político de múltiples complejidades, al cual se enfrenta con un proyecto social fundado en el Humanismo Cristiano y el amor Mariano. Comienza su labor con diez funcionarios, cinco cursos compuesto de 135 estudiantes que iban desde pre kínder a 4° año básico. Hacia 1985 nuestro colegio ya contaba con ocho cursos, pero la naturaleza azota nuestra zona con un fuerte seísmo y la vieja casona fue dañada en su estructura. Hubo que trasladarse a un espacio momentáneo mientras se construían las bases de lo que hoy es nuestro colegio.
Así es como se impone un nuevo desafío; el establecimiento requiere cumplir con la nueva normativa y comienza otro ciclo en la historia del Colegio Nuestra Señora. Se compra un terreno adecuado, comienzan los trabajos y en 1986 se ven indicios del futuro compromiso educativo que se prestará a la comunidad, a través de las primeras salas que empiezan a funcionar en nuestra actual dirección. Ese espacio logró convertirse en el colegio de hoy. En 1990 es incorporada la Enseñanza Media y junto a ella el diagnóstico en la unidad educativa, que permitirá dar los primeros pasos hacia la propuesta de un Proyecto Educativo claro que se convierte en la materialización de los sueños fundadores. En 1995 inicia de programa de Jornada Escolar completa y con ello se ve concretada la visión que acompañará nuestro quehacer en adelante.
Nuestro proyecto es un proyecto social, cristiano y humanista que, comprendido en su totalidad, entabla un diálogo permanente con los desafíos humanos: nuestra visión atraviesa la transformación del mundo moderno y nuestra misión va de la mano con una mirada global y coherente de la libertad, ancladas ambas –misión y visión- a una nueva concepción del quehacer educativo que se impone con fuerza en nuestros sellos. Este es nuestro máximo reto: adherencia, cohesión y congruencia.
A partir del año 2018, y en el contexto de los requerimientos nacionales en educación, adquiere la calidad de Sostener del establecimiento la Fundación Educacional Nuestra Señora de la Esperanza. Actualmente somos 60 funcionarios que atendemos a 620 estudiantes; tenemos una sede matriz y un anexo que atiende al ciclo inicial compuesto por 180 niñas y niños; contamos un proyecto de integración que nos impulsa y abriga nuestro sello de educar en y para la diversidad. Tenemos una dotación de docentes preparados y capaces de enfrentarse a los cambios, pero obviamente en la perfectibilidad de las profesiones y la vida; nuestro equipo directivo y técnico abriga nuestra mirada en el hacer concreto y nos invita al análisis y la reflexión tenaz; tenemos niños y niñas, jóvenes y adolescentes modernos que nos hacen cuestionarnos constantemente, personas que son reflejo del mundo que nos rodea y que nos enseñan y desafían a diario. Tenemos, en fin, un pequeño universo, diverso e inclusivo que no se define solamente por la emergencia, sino por la creencia verdadera y profunda de que a través de nuestros y nuestras estudiantes, podemos construir el cambio que requiere esta sociedad para ser “más humana y solidaria”.