HASTA SIEMPRE FRANCO

Querida Comunidad:

Junto con saludarles y con mucha humildad, hablo en nombre de la familia educativa del Colegio Nuestra Señora, en el deseo expreso de los padres de Franco de grabar en el corazón de las personas que le acompañaron, la marca que él nos deja en este paso por el mundo escolar. Y decimos familia del Colegio Nuestra Señora, porque si hay algo que el Franco nos regala en estos tiempos enigmáticos, es justamente esa impronta de una comunidad que experimentó los vínculos humanos, llena de una solidaridad acelerada e imparable que dejará esa huella inefable en su existencia. Sus compañeros y compañeras, amigos y amigas que estuvieron presentes ayer y todo este tiempo de su enfermedad, y que han caminado junto a él desde su primera infancia, construyen ese sentido de familia, espíritus de niño que hoy sufren la partida de un muchacho feliz, de un hermano que creció a su lado, conversando en la sala de clases, con más ganas de compartir que de oír a sus profesores en la insistencia del aprendizaje.

De sonrisa perenne e inquebrantable, demostraste desde pequeño una voz opinante, de carácter, risueño, gracioso, con tu pelito rizado de remolino porfiado, que incluso llegas a atesorar el amor puro e inocente de la adolescencia. Te vimos construirte como persona, crecer e interesarte cada vez más en tus temas: el rock, la guitarra y la música electrónica; tus compañeros y compañeras extrañarán tus mezclas musicales y tu presencia alocada; la memoria colectiva de un grupo de jóvenes en busca de objetivos que los definan como sujetos, y esta experiencia compartida de alguna manera será un fragmento común de esa cimiente. La memoria también de tus profesores y de quienes trabajan con nosotros y fueron parte de tu formación académica e integral, personas que de una u otra manera conectaron sus corazones al tuyo.

Esperamos como comunidad, profesores, asistentes, funcionarios, colaboradores, padres, madres, estudiantes, directivos, que la vida dé a tu familia Franco, tanto amor, fe y fortaleza que la pulsión de la unidad sacie la sed de sus almas, y haga florecer en ellos hasta las más profundas sequedades.

La familia del colegio Nuestra Señora te recordará por siempre y que tu alma de niño descanse en paz.

Con mucho afecto,
Sonia Catalina Durán
Directora